Está a punto de despegar un nuevo torneo en el que los equipos de la clase baja tratarán de tener cierta movilidad social.
Es una regla general que quien de más dinero dispone, más cerca estará del éxito, pero toda regla tiene una excepción.
No se ha dado con frecuencia, pero en cualquier momento aparece un Leicester: el equipo encantado que con menos recursos que los demás, termina imponiéndose hasta a los gigantes por lo menos una vez en la vida.
La Liga MX no necesita solamente que todos los "grandes" coincidan en corresponder a sus entorchados históricos y disputen la parte alta de la tabla desde el primer momento. Para crecer, requiere que los pequeños se hagan medianos y éstos se conviertan en equipo de élite.
Chivas con su tremendo esfuerzo económico, Cruz Azul con una derivación más de su proyecto y Pumas con la raza que debe hacer hablar su espíritu, intentarán competirle a quienes hace rato marcan la pauta: América, Monterrey, Tigres, Toluca, Santos Laguna...
Mientras esperamos acontecimientos al respecto, en los estratos menos visibles de la Liga alguien se está moviendo.
La presentación de Guillermo Cantú como nuevo presidente ejecutivo de Bravos de Juárez es una señal que no debe pasar inadvertida.
Con una trayectoria importante con clubes, Selección Nacional y Federación Mexicana de Futbol, este economista del ITAM sabe su negocio y su regreso al futbol después de un periodo sabático va a sumarle a su nuevo club.
Ni Peláez solo puede, ni tampoco Cantú lo logrará.
Si ambos han aceptado cargos de responsabilidad en equipos que necesitan mejorar, es porque les han prometido apoyo, recursos y paciencia. Toda la que el futbol pueda dar.
El aval directivo a Bravos muestra su solidez con las cabezas de las cinco familias que invierten en el equipo presentes en la presentación en sociedad de Cantú.
La composición de la inversión, así como el equipo, tiene carácter binacional: parte estadounidense, parte mexicana.
Y se piensa en un tiempo razonable en un estadio nuevo, en llegar a la Liguilla con frecuencia, en pelear el título y en conquistar el mercado en los dos lados de la frontera: si los abonos de Xolos están vendidos en un 40 por ciento a aficionados que viven del otro lado, Bravos tiene por lo menos un 25 de lo mismo.
De los equipos que ocuparon los últimos 9 lugares de la Tabla en el desarrollo del torneo pasado, solamente Juárez mantuvo a su técnico. La paciencia para cuajar la aventura es indispensable y la están teniendo.
Bravos es el equipo que más se está moviendo en esa parte poco protagonista del circuito.
Tiene tal vez el inicio más complicado de la Liga, pero está dispuesto a resistir para crecer y merecen ser vistos con atención.
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