El América mostró en la cancha de los Tigres porqué es lo que es.
La personalidad con la que jugó la primera mitad para poner el marcador a su favor en una serie que dejó cuesta arriba en el Azteca, habla de las responsabilidades y obligaciones del club más importante del futbol mexicano.
La suma de quienes lo odian con la de quienes lo aman no es igualada por ninguna otra afición en México. Las audiencias tampoco, ni tampoco la capacidad de ser visible en todo lo que hace. De ahí la aseveración.
En lo futbolístico, anuló en su casa a otro de los planteles más poderosos del circuito porque además de ese peso específico, aplicó inteligencia y osadía para lograr un imposible.
Miguel Herrera se la jugó con una alineación que no había actuado junta en el torneo y con una dote de sacrificio, llegada y contundencia, tuvo a sus héroes.
Guido Rodríguez, el primero. El gran distribuidor delante de medio campo y el implacable defensor detrás de la línea de 50 metros.
Y luego todos los demás detrás de él a corta distancia y sin dejar espacios para el error.
América tocó una sinfonía de partitura perfecta durante 45 minutos salvo por el primer contragolpe del juego en el que Enner Valencia falló tras su descomunal carrera. Después de eso no volvió a desafinar.
El segundo tiempo, en el que obligaba a Tigres a meterle tres, sirvió sólo para consumir la hazaña con un aderezo: la grandeza del de enfrente que reaccionó con la entrada de Quiñones y marcó dos goles producto de una presión ahora favorable y similar a la sufrida.
Momentos tuvieron los locales, pero cuando estaban cerca de la orilla porque dominaban el juego y les faltaba solo un gol, se estableció la diferencia crucial: Tigres se equivocó dos veces entre el despeje precipitado de Nahuel y la falta de Salcedo para el penal que selló el triunfo americanista en un terreno indómito casi siempre para su causa.
Monarcas alcanzó las Semifinales porque es el no favorito que nunca se dio por vencido.
Pablo Guede no tiene un plantel refulgente, pero si tiene un puñado de hombres desestimados `por los demás que han levantado la mano para tomar revancha...
Necaxa avanza porque es como las lagartijas cuando pierden la cola: ven cómo hacerle, pero rápidamente les crece otra.
La sangría de necaxistas para este torneo fue mayúscula, pero otra vez contrató bien para suplir las ausencias y ahora que tiene a algunos en la antesala del título, ya les puso otra vez la etiqueta de transferibles, incluyendo a su director técnico.
Rayados pasó a las Semifinales porque se equivocó muchos menos que el adversario, particularmente en la ida, impropia de una Liguilla por tantos errores básicos.
Pero una serie final que ha dejado partidos memorables y definidos al filo de la butaca.
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