Contamos por horas el tiempo que falta para la resolución del torneo regular y también las pocas cosas que faltan por definirse.
Una de ellas es el título de goleo individual, en el que encontramos tres nombres mexicanos en los primeros 21 lugares de la clasificación.
El saldo, pobre sin duda, es mejor que el de varios torneos anteriores. No se tome como consuelo, sino como una de las tareas pendientes que tiene el futbol nacional hace mucho tiempo.
Los goleadores son de producción escasa y, generalmente, son material de importación, aun en las mejores Ligas del planeta.
Veamos lo que sucede en las cinco Ligas mas importantes de Europa: en Francia, Italia e Inglaterra puntea la Tabla de anotadores un jugador nacido en esos países, mientras que en España y Alemania quienes ocupan esos sitios son jugadores importados.
Uno de los índices de salud del desarrollo de los clubes lo da la nacionalidad de sus goleadores.
Por lo menos respecto a la Selección Nacional y a la idolatría local, cuantos más hacedores de goles tengan acta de nacimiento casera, mejor debería ser el futuro.
La proporción de goleadores mexicanos es tan escasa, que los cuatro destacados necesitan ser cuidados con esmero.
Alan Pulido, a sus 28 años, tendría que estar cerca de su mayor punto de madurez.
Su calidad es innegable pero su inconsistencia también.
En caso de que pudiera marcarle un par de golecillos al lamentable Veracruz, alcanzaría a Mauro Quiroga del Necaxa si éste no anotara al Puebla, frágil casi siempre y anfitrión de los de Memo Vázquez.
Noticia de ocho sería tener un campeón de goleo mexicano.
Dos goles menos que Pulido y cuatro más abajo que Quiroga, desfila en la Tabla Henry Martín, que apuntó su nombre entre la multitud que le ha marcado tantos a los escualos precisamente.
Su triplete le ayuda a levantar la mano en un cierre de torneo en el que merece por fin la consistencia.
El descanso americanista en la última jornada no le permitirá aumentar su registro.
Esos mismos tantos ha obtenido José Juan Macías, que ha sido consistente con su torneo anterior, dato importante en una especie como la del delantero mexicano que lucha para establecerse y, generalmente, no lo logra.
¿Qué hacer para tener un mayor número de elementos mexicanos en la lista habitual de goleadores?
La relación calidad-oportunidad no es siempre justa porque a los nacionales les cuesta mucho la competencia contra la mayoría foránea, más numerosa y productiva.
Esta especie en extinción merece ser protegida de alguna forma y no recibe subsidios de paciencia, continuidad y relieve.
Se fue otro semestre con escasez de nombres decisivos hechos en México. No es nuestra especialidad.
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