Lo único que le quedaba al Guadalajara a las 10 de la noche del sábado era mantener la dignidad.

Tenía detrás de si una semana para olvidar y adelante un rival mejor que en inversión, localía, momento y número de jugadores en el terreno de juego.

Asumiendo que de lo perdido hay que rescatar lo encontrado, las Chivas lamentaron con sinceridad la acción en la que Antonio Briseño dejó fuera de combate a Giovani dos Santos, y salieron dispuestas a jugarse el todo por el todo en la segunda parte, ofreciendo sus mejores momentos.

Pero a Chivas, con tanta tragedia, no le alcanzó.

Pese a acortar diferencias y ser afectadas por un penal que tiene sus ángulos polémicos, terminó con nueve hombres, el América encima y cuatro goles dentro que le impidieron salir con cierto decoro del Azteca. El 4-1 sentencia muchas cosas del pasado reciente de los rojiblancos que no pudieron ser enderezadas antes de encarar un partido que les deja bastante maltrechas de aquí a la Navidad. De ese tamaño.

Con sus 11 puntos está a seis de distancia del octavo lugar -pensando en la zona de calificación- con muy pocas posibilidades de una reacción aritmética, por mucho que en el terreno de juego logre mejoría.

Sólo porque se llama Chivas, es que el equipo tapatío puede permitirse hacer ofrecimientos que si provinieran de otras camisetas serían indecorosos. A Tomás Boy lo contrataron por unos cuantos partidos, dependiendo su renovación de lo que consiguiera, y a Luis Fernando Tena también.

Hay tradiciones que se han desteñido y en el equipo más popular del País es una pena que eso haya sucedido. No hay continuidad que permita cimentar un proyecto sólido para el futuro, sino bandazos de los que alguno podría pegar.

Dirigir al Guadalajara debería representar siempre un honor, pero a últimas fechas esto se ha devaluado tanto como sus resultados y sus presentaciones en una Liga que lo respeta por su carácter histórico y mexicanísimo, pero no porque sume a las virtudes del espectáculo semanal.

Para el América, que debió ganar algunos de los múltiples partidos que empató en las últimas seis salidas, lo logrado en el Clásico le reivindica y afianza: subió al tercer lugar de la Tabla y se aproxima junto con el Necaxa a Santos Laguna, al que Pumas venció en Ciudad Universitaria para también tomar aire y meterse a esa región de los meritorios que habrán de pelear el título.

Al equipo de Miguel Herrera le vienen dos partidos de verdadera prueba: otro Clásico, este contra Cruz Azul y luego una visita al Necaxa en la que deben quedar claras varias cosas para la recta final del torneo.

Ojalá que Gio, en plena recuperación, regrese pronto.

Y que Toño Briseño, todo pundonor, sepa controlarse en aras de continuar una carrera que merece algo mejor que lo del sábado.

 
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