A partir de que se instauraron los Torneos Cortos, equipos como Toros Neza, Colibríes, Indios, Estudiantes y Jaguares, desaparecieron del mapa luego de perder la categoría. Otros como Irapuato y Atlético Celaya nunca descendieron, pero desaparecieron por un tiempo. (Trasladados a otras sedes).
Recuerdo como si hubiera sido ayer, el día en que en algún restaurante de Celaya, presentaron a Jorge Rodríguez Marié como nuevo propietario de aquel equipo que Emilio Butragueño había puesto años atrás en la órbita mundial.
Imposible olvidar aquella Final ante Necaxa que se resolvió a través del gol de visitante y ante un Estadio Azteca atestado de afición cafetera.
Atlético Celaya era un consentido. Fenómeno cercano al de los también extintos Toros Neza.
Enrique Fernández, propietario de la franquicia, querido y respetado, de un día para otro decidió ya no ser propietario del equipo. Así que de buena fe, lo vendió a un empresario morelense que había prometido no cambiar de sede al equipo.
¿Pero qué creen qué pasó? Pues que el capitán Rodríguez Marié, también conocido como el "Güero" en el mundo de la aviación y la política, mandó con todo y maletas al cuadro burel a Xochitepec, Morelos. De un torneo a otro, desaparecía el Atlético Celaya dejando dolida a toda una ciudad.
Así es como los Colibríes de Cuernavaca que jugaban en Xochitepec a orillas del Río Apatlaco, comenzaron su odisea en Primera División. Dirigidos por Sergio Rubio, llegaron a alcanzar la cima apenas arrancando el Clausura 2003 luego de vencer a Pumas, Tecos y Tigres. Sin embargo, todo se habría de desmoronar.
Los bolsillos de Rodríguez Marié se fueron vaciando conforme avanzaron las semanas. Los jugadores no cobraban a tiempo (algunos nunca cobraron), no había qué comer ni dónde concentrar. Claudinho llegó a ofrecer su casa para que durmieran ahí sus compañeros. Playeras con la leyenda "basta de mentiras" eran casi su uniforme alternativo.
Un gol de Gilberto Mora de Jaguares ante Tecos, enviaba al descenso a Colibríes que no pudo vencer a Cruz Azul en la última jornada. Terminaba así, la historia del equipo con el paso más fugaz en el futbol mexicano.
Y con el descenso, llegaba también la quiebra de la empresa Aerolíneas Internacionales del empresario Rodríguez Marié que, paradójicamente, nunca tuvo una ruta fuera de México.
Por historias como éstas, tan verídicas y bochornosas, es que en estos tiempos es imposible poner en riesgo a una Liga MX que pretende ser sana en lo económico y en lo administrativo.
Por franquicias como la de Colibríes, es que ahora la famosa certificación obliga a los propietarios de equipos de Liga de Ascenso a demostrar la procedencia de sus recursos, la capacidad de solvencia financiera y casi casi, hasta la boleta de calificaciones de sus hijos.
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