Si al América no le espanta el término <crisis> cuando liga dos partidos sin ganar, tampoco a Tigres tiene porqué asustarle la cruda palabra por lapidaria que sea. Debe, por el contrario, tomar el calificativo como un halago.
Si se habla de crisis en Tigres es porque su exigencia es alta y porque sus estándares han cambiado. Exigencia que por cierto, sólo es para tres equipos en nuestra Liga. (Apunten a Rayados).
Al América se le exige más que a nadie. Es el único que estará siempre obligado a trascender cuidando las formas. En su ADN están escritas algunas cláusulas que los responsabiliza no sólo del "qué" sino del "cómo". Ganar y jugar bien.
Chivas no tiene la exigencia del América. El apoyo casi celestial con el que históricamente han vivido por su filosofía pro mexicana, les ha tejido un manto protector irrompible. A Chivas se le otorga mucho más fácil el perdón que a cualquier otro equipo. Es la ventaja de ser el Guadalajara. Pueden llevar cinco torneos sin calificar y aún así serán reconocidos y bien recibidos en todo rincón por el que se paren.
Hoy se le exige más a Tigres que a Chivas. Tigres al igual que América (y Rayados) no tiene para dónde hacerse cuando queda atrapado en la ausencia de buenos resultados. Mientras que el Guadalajara puede argumentar y/o justificar que juega con mexicanos y que eso representa algún tipo de desventaja, América y Tigres jamás encontrarán el pretexto perfecto que les absuelva los pecados de cancha. Con ellos no hay clemencia.
En algún momento Cruz Azul fue exigido. Hoy su responsabilidad es ganar. Sólo eso. Que gane como sea, que califique y que sea campeón. No está para adornar las formas. A un equipo que padece torneo tras torneo tantas enfermedades por negligencia de sus doctores, no se le puede pedir que se levante de la cama, que se retire el suero y satisfaga con circo y maromas a quienes le observan en el cuarto de terapia.
Tigres ha absorbido las exigencias y las responsabilidades de tres grandes. Las de Cruz Azul, las de Chivas y hasta las de Pumas que desde hace tiempo deambula con una sábana universitaria que los hace inmunes a la crítica.
Por eso es que a Tigres no le debe espantar la palabra <crisis>. Debe entender que ahora está en una mesa privilegiada y ante los ojos de miles que lo quieren ver tomar la corona o bien, ser llevado al calabozo. Tiene que ser consciente que la indiferencia ya es cosa de otros.
Así que, ponte a trabajar Tigres, a entrenar horas extras, a reencontrarte con el gol que sin gol no hay triunfos. Deja a un lado la comodidad. Acaten las órdenes de su jefe. Él no se va a ir. Ustedes sí. Les guste o no, "Tuca" los ha hecho campeones, los ha catapultado y los ha hecho ganar millones.
No es para que se espanten. Es para que reaccionen. Tómenlo como un piropo.
Twitter: @CARLOSLGUERRERO
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