Se juega la Jornada 16... y 14 de los 19 equipos siguen "aspirando" a clasificar y por lo tanto al título.
Una jornada de media semana, por cierto, previamente sacudida por el caso Matosas.
Por si el club San Luis necesitaba volver a ubicarse en ese escaparate del escándalo donde hace 10 días lo pusieron unos cuantos fanatizados barbajanes queretanos y potosinos (pocos vacíos como el de un estadio sin gente en las tribunas cuando se juega un partido), ahora fue su ya ex técnico el encargado de protagonizar la futbolera nota de la semana. En realidad, no tan futbolera.
Una seria y concienzuda investigación realizada por Marco Coronel, reportero de Televisa, y sobre todo por Amir Ibrahim, periodista instalado en Quintana Roo que recibió un video cuya parte valiosa es el correspondiente audio, derivó en la difusión del mismo en el noticiero de Denise Maerker; y dos días después, en el inevitable cese de Gustavo Matosas como director técnico del San Luis.
En el revelador audio queda de manifiesto un arreglo (de lana) entre Matosas y un promotor, Fernando Pavón, para la adquisición en junio de 2012 de los servicios de Matías Britos por parte del León, equipo al que Matosas dirigía y con el que acababa de ascender a la Primera División.
Aunque quede en el destacado entrenador uruguayo la posibilidad de defenderse y tratar de explicar lo que se escucha en dicho audio, el asunto se antoja indefendible, aunque no tan inexplicable que digamos.
Lo que desde siempre ha sido un secreto a voces en el medio futbolero (con respecto a los actos de corrupción de diversos directores técnicos, dirigentes y promotores o representantes de jugadores), ahora contó con un sustento de ésos que de vez en cuando se encuentran; de ésos que son necesarios para poder acusar abiertamente a alguien y no pasársela "quemando" gente sin los debidos elementos de prueba.
Cuando los dueños de los dineros en cada equipo recurren a intermediarios que realizan las contrataciones, compra-ventas y transacciones de jugadores, inevitablemente corren el riesgo de ser esquilmados, trasquilados, robados, sangrados en su pecunio.
Con irresponsable facilidad, a cualquier jugador de medio millón de dólares "se le tasa" en tres o cuatro, y ya con el río debidamente revuelto brotan por doquier, con deshonesta alegría, los pescadores dispuestos a repartirse el botín.
Lo más importante del lamentable caso Matosas es que no es único, que para nada es un caso aislado; ni en el futbol mexicano ni en las Ligas de otros lares.
Como hay que empezar por la propia casa, bienvenidos los audios, videos y pruebas similares que sirvan para dejar al descubierto las transas, las corruptelas, los actos ilícitos... y a quienes se encarguen de cometerlos.
Para aspirar a un mejor y más brillante y cristalino futbol en la cancha, primero limpiarlo afuera.
Habrá que seguirle.
Twitter: @rgomezjunco |