Tener o no tener la famosa posesión de balón se ha convertido en el "ser o no ser" del futbol, cuestionamiento que define a los entrenadores de la época y silenciosamente nos cuenta mucho más de su persona.

Al igual que la mayoría de acciones que realizamos en nuestra vida, valorar la tenencia del balón en el futbol o despreciarla termina siendo un reflejo de nosotros mismos. Es posible que nuestra postura de juego se defina desde los primeros años de vida y no por las influencias que vamos encontrando en el camino.

El mejor ejemplo lo encontramos en la rivalidad Pep vs. Mou, la cual da vida a un profundo libro de nombre Guardiola vs. Mourinho, que confirmo que su postura en la cancha habla más de ellos como personas, que como entrenadores.

Mou relaciona tener la pelota con el miedo, porque el que no tiene nada, no tiene nada qué perder y el que tiene algo (el balón), por naturaleza tiene miedo a perderlo. Esa es la razón por la que "curiosamente" ha ganado sus dos Champions Leagues (Inter y Porto) con las dos plantillas más limitadas que ha dirigido y no con la ostentosidad que otros clubes han puesto a su servicio.

El portugués se siente más cómodo con un equipo que por jerarquía no tenga que tener el balón, prefiere ser reactivo y jugar con el miedo natural del oponente a perder lo que tiene en su poder, el esférico.

Por su parte, Pep reconoce la pelota como el tesoro de la cancha, inclusive más valioso que el gol, tenerla representa un acto de responsabilidad y sin ella se siente ansioso, pero, sobre todo, la quiere porque es un freak del control. Monopolizar la redonda en la cancha representa manejar el rumbo del partido, así como obsesivamente aprendió a hablar alemán antes de llegar al Bayern Múnich, con tal de ceder el menor control posible.

En México tenemos nuestra propia versión del "tener o no tener el balón", principalmente con Ferretti, Mohamed y Vucetich a la cabeza.

Al Tuca le gusta siempre tener trabajo, como siempre le gusta tener el balón. Al Turco le gustan los procesos cortos, así como en la cancha le gustan las posesiones cortas. Vucetich practica la fe en su trabajo abiertamente, tiene la paz interna para entender que no todo está bajo su control, incluyendo la pelota.

Dos caminos diferentes (ambos probados) rumbo a un mismo objetivo y está en los directivos elegir el que mejor se adapte a su presente. Al largo plazo ganará más el que tenga mayor capacidad de adaptación, o sea el más ecléctico.

Tener o no tener la posesión del balón puede ser interpretado como el máximo acto de valentía o cobardía en el futbol. ¿Es más valiente el que siempre la tiene o el que está dispuesto a jugar sin ella?

Tener o no tener el balón no es una decisión, es una proyección
 
Twitter: @AldoFariasGzz